lunes, 22 de junio de 2009

Los poemas de Sebastián

Voy a ser breve porque creo que esta historia es similar a muchas y finalmente son ustedes los que la van a seguir escribiendo.
Soy Pablo y no aspiro a ser poeta. Ha pasado mucho tiempo desde que conocí a Sebastián, mi mejor amigo. Cuando cumplí veintiún años escribí un libro de poemas llamado como él. Nunca más volví a escribir. Guardo los cincuenta libros que publiqué con mis propinas en una caja. Nunca vieron el sol, ni el mar que vigilaba nuestros sueños cuando éramos niños. Sebastián los leyó la madrugada en que se fue para siempre, el mismo día en que salieron de la imprenta. Nadie más lo hizo hasta hoy. Por alguna razón (que ahora comprendo) él inspiró cada palabra. Simplemente amé a mi mejor amigo. No me gustan las etiquetas, nunca me gustaron. Ahora que ya pasé los treinta, sigo esperando a que algún día regrese por los poemas que nunca se llevó. O que quizá, por esos misterios del destino, lea este blog con la calma que no tuvo al despedirse. Por cierto, no creo en el de
stino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario